lunes, 28 de septiembre de 2015

Mariposas para el cole.




El 18 de septiembre fue el santo de mi hija Sofía y, como viene siendo costumbre, quiso llevar unas chuches para sus compañeros del cole.


Esta vez elegimos unos paquetitos de pastillitas, de esos de colores (de pequeña a mí me encantaban y, ahora, le encantan a ella).




Ahora quedaba "tunearlas". Se me ocurrió ponerlas de cuerpecito para unas mariposas.
Cuando ya pensaba que iba a tener que recortar 25 mariposas a mano una a una o comprar una troqueladora para mariposas grandes (que las hay, pero algo caras), las encontré ya listas en un bazar.
En paquetitos de 12 y en diferentes colores. ¡¡¡Perfectas para nuestro regalito!!!



En esta ocasión yo trabajé poco, pues con la emoción, Sofía descubrió que era capaz de prepararlas sola.
Sólo tenía que poner un puntito de pegamento en el cuerpo de la mariposa de cartulina y pegar encima el paquetito de pastillitas. Pasó una tarde muy divertida y distraida con su tarea.


Venían colores para todos los gustos, desde los rosas, fuxias y morados, a rojos, verdes, azules y marrones.
Para llevar todas las mariposas a clase, encontramos por casa una caja de regalo monísima, decorada con mariposas de colores. Ideal para completar la presentación de los regalillos.







Os podéis imaginar con la ilusión que Sofía preparó sus mariposas para sus compañeros y su seño y lo que les gustaron!!


Besitos. Emes.





martes, 22 de septiembre de 2015

Pops nevados.

Las nubes de golosina dan mucho juego para las fiestas, por su colorido, formas y la cantidad de uso que se les pueden dar.


Hoy os voy a enseñar cómo hicimos los pops nevados para la "merienda frozen".
Necesitamos nubes blancas, gorditas y no muy largas, candy melts celeste, palitos de madera y confetis de colores en tonos blancos, celestes y rosas.
Los caramelos candy melts son como pastillitas de chocolate de colores, sirven para decorar, moldear, verter...


Pinchamos las nubes en un palito cada una.
Derretimos los candy melt en microondas o baño María, en recipiente de cristal seco. Si veis que está muy espeso, lo podéis diluir con aceite de girasol, no con aceite de oliva para que no le dé sabor. Si lo diluís será más fácil de usar pero tardará más en secarse.


Vamos mojando cada nube en candy melt, sólo la parte superior, para dejarles una cubierta celeste y base blanca.
Antes de que el candy melt se enfíe, lo mojamos en los confetis: mini bolitas de anís blancas y celestes, cristalitos celestes y rosas, corazones blancos y rosas y unos copos de nieve blancos.
Os aconsejo que los preparéis en platitos o cuencos para facilitar la decoración.

Vamos colocando nuestros pops en vasos. Yo he usado unos con fajín decorado en rosa y celeste, de "nocilla", de la línea de Vicky Berrocal.



Os animo a preparar estos pops, son fáciles y rápidos, los podéis hacer en mucha cantidad (normalmente las bolsas de nubes vienen en 500 grs, en tiendas como "Tiger" o en almacenes de golosinas) y quedan perfectos en cualquier mesa dulce. Sólo tenéis que combinar el color de los candy melts y los confetis. Los candy melts los podéis encontrar en tiendas de repostería en una amplia gama de colores.

¡¡Y ya tenemos listos nuestros pops nevados para degustar!!

Besitos. Emes.

lunes, 21 de septiembre de 2015

Brazo gitano Frozen.

El bizcocho que preparé para "la merienda Frozen" es simplemente espectacular, en vistosidad y sabor.


Lo había visto con diferentes dibujos y colores y llevaba tiempo con ganas de hacerlo, pero esperaba una ocasión especial e idónea.
Puede pareceros muy complicado, pero váis a ver como es más sencillo de lo que parece.

Empezamos preparando una masa para brazo gitano. Los ingredientes son: 6 huevos, 150 grs azúcar y 150 grs harina.
Empezamos separando las claras de las yemas de todos los huevos.
Mezclamos las yemas con el azúcar y, por separado, montamos las claras a punto de nieve (con una pizca de sal para que no se bajen).
Ahora mezclamos, con movimientos envolventes y suavemente, ambas partes. Y añadimos la harina tamizada y con los mismos movimientos, sin batir para que no baje la masa.

Cuando esté todo mezclado, separamos en un bol pequeño un par de cucharadas de masa.
Esta pequeña porción de masa la teñimos con colorante alimenticio azul. (El resto de la masa lo reservamos).
La introducimos en una manga pastelera con boquilla fina y, sobre el papel de horno, dibujamos las estrellas.






A mí me quedó un poco líquida la masa azul y no pude dibujar con mucho detalle las estrellas, como me hubiera gustado. Creo que fue porque la moví demasiado para añadir el colorante. Intentad volver a montarla o añadir un poco de harina para espesarla.

Lo introducimos en el horno, horneamos durante un par de minutos. Sacamos del horno.


Sobre las estrellas ya cocidas, vertemos el resto de la masa completa. Veréis que la masa es espesa, cruje como una mousse. Con ayuda de una espátula damos forma rectangular, rasamos e igualamos bien las esquinas. (Recordad que está sobre papel, no hay molde. Aunque si tenéis, podéis uasar molde para planchas de bizcocho).
Horneamos a 170° C, unos 30 minutos ( vigiladlo porque dependerá del horno).




Cuando lo saquemos, para que coja la forma, lo dejamos que se temple, y aún caliente y sin retirar del papel de horno, lo enrollamos y dejamos enfriar. (Si está complementamente frío se partirá, y si lo despegáis del papel se os puede pegar en sí mismo).
Una vez frío, con mucho cuidado, desenrollamos y despegamos del papel.



Lo untamos con nata montada y lo volvemos a enrollar, envolvemos en papel film y lo guardamos en la nevera. Al menos un par de horas antes de consumir.
Desenvolvemos, cortamos los extremos para perfeccionar la forma y decoramos. Como el dibujo forma parte de la decoración, no necesitaría mucho más. Pero se me ocurrió ponerle unos adornos de nata montada con gominola celeste.

El corte quedó espectacular.
Aunque el dibujo no me quedó exactamente como yo quería, creo que salió bastante bien. Un bizcocho muy esponjoso y sabroso, y con una preciosa decoración.
Algo fácil y diferente si os habéis cansado del bizcocho redondo de siempre.







Con imaginación y diferentes colorantes, podéis hacer creaciones muy originales: con corazones, lunares, rayas... y podéis usar diferentes rellenos: crema pastelera, crema de chocolate, dulce de leche,... lo que se os ocurra.



Besitos. Emes.

Merienda Frozen.

Teniendo una niña de cinco años, sabía que en cualquier ocasión iba a tocar preparar una fiesta "Frozen". Pues bien, ha llegado el santo de Sofía y, como no, su deseo de una merienda con Elsa y Anna.


Para celebrar los santos, en casa, vienen los abuelos y los tíos y primos que pueden a merendar. Siendo más reducido es más fácil esmerarse en los detalles, pues se trata de unas diez o doce personas.
Os voy a dar unas ideas bastante sencillas, preparativos en los que pueden participar los niños y con resultados sorprendentes.



Una tarde la pasamos recortando con tijeras. A todos los niños les encanta recortar. Se trataba de hacer copos de nieve para decorara la merienda.
Mientras ellos cortisqueaban papeles, yo preparaba las estrellas de nieve. Las coloqué detrás de la mesa, pegadas en las rejas de la terraza, y con unos farolillos blancos y celestes.





En internet podéis encontrar muchos tutoriales y patrones para doblar el papel y recortar las estrellas, me resulta difícil explicarlo por escrito.
Usé folios blancos y no cartulinas, pues son más fáciles de doblar y recortar. Elegí los modelos más sencillos y vistosos.


Otra tarde la pasamos preparando magdalenas y galletas. ¡¡¡Les encanta el pringoteo de la cocina!!!
Para las galletas usamos la masa de siempre y un cortapastas en forma de copo de nieve (me lo trajeron el año pasado los Reyes Magos). Decoradas con chocolate blanco, se derrite y se dibuja con ayuda de una jeringa o manga pastelera con boquilla muy fina. Y ya tenéis las "galletas de Arendelle".

Para las magdalenas simplifiqué el trabajo comprando un preparado de Ikea, os aseguro que salen bien ricas. Solo hay que mezclar agua con el polvo, distribuir en los papelillos (poned debajo un molde de magdalenas rígido, imprescindible para que no se deformen y todas sean iguales).
Para decorarlas usamos papelitos celestes con puntitos blancos y las espolvoreamos con azúcar glass. Así pasaron a ser "magdalenas nevadas".



Ahora queda elegir mantel y vajilla. Me ha resultado muy curioso que aunque el mundo imaginario "frozen" nos sugiera colores blancos y celestes, no existen desechables de esos colores.


Todo lo que he encontrado combina el fuxia y verde. Así que opté por mantel liso y cucharitas fuxia y platos, servilletas y vasos con los dibujos de Elsa y Anna. Logicamente, incluir el rosa le ha parecido genial a mi hija.


Para completar la comida de la mesa incluimos gusanitos naranjas o "narices de Olaf", palitos salados o "bracitos de Olaf", galletitas saladas o "comida de Sven".


Me pareció divertido que sus muñecas acompañaran la merienda junto a los "besos de Anna" y "besos de Elsa" en forma de gominolas celestes y rosas.


Y unos pops nevados muy coloridos, ricos y originales. (Os explicaré cómo los hicimos en otro artículo, para no exterderme mucho).
Servidos en vasos de cristal con fajín decorado en fuxia y celeste  (son de "nocilla").








Toda la comida de la mesa servida en cuencos blancos y de cristal y con sus cartelitos.


Los cartelitos que presentaban los elementos de la mesa están hechos a mano. Recortados en cartulina celeste con tijeras de forma, decorados con copos hechos con troqueladora de papel blanco, pegados en palitos de madera y escritos a mano. (Prefiero confeccionarlos a mano, pues no me manejo con el diseño gráfico y no me daba tiempo de pedir ayuda).


Y por último, como broche final, la tarta!!!. Esta vez me decliné por un brazo gitano decorado y relleno. Os explicaré como hacerlo en el próximo artículo.


Con todo esto, ya tenemos lista la merienda Frozen. Aunque Sofía me ayudó a preparar muchas cosas no estaba en el momento de montarla. Cuando la vió, no os podéis imaginar su cara!! ¡¡¡Pura ilusión y entusiasmo!!!
Y los invitados también quedaron muy sorprendidos y encantados. Todo quedó muy bonito y muy rico. Como siempre, todo preparado con mucho cariño, imaginación e ilusión.
¡¡¡Muchas felicidades, Sofía, por tu santo!!!

Besitos. Emes.


martes, 8 de septiembre de 2015

Cena japonesa.

Las cenas con amigos siempre son divertidas, pues se comvocan para pasar una tarde noche alegre, entretenida y en buena compañía. Si a eso sumamos que se celebre en verano, en una terracita y, para rematar, le añadimos un tema, el éxito de la velada es asegurado.


Ese ha sido el caso de nuestra cena de verano japonesa.

La primera idea fue invitar a unos amigos a degustar sushi, que mi cuñado prepara muy rico. Y, como todo es ponerse, añadiendo detalles conseguimos nuestra "cena japonesa".



Empezamos por un mantel blanco con flores rosas, amarillos y verdes, con un aire a las flores de cerezo o las orquídeas.
Por supuesto, nada de cubiertos, palillos de madera en unas servilletas a modo de bolsillos (hay tutoriales para doblar las servilletas por internet).

Para completar la mesa, cuenquitos japonés para las salsas, platitos de madera con motivos japoneses y, como centro, un florerito con una preciosa orquídea. Todos lo elementos decorativos los podéis encontrar en bazares, tiendas de alimentación japonesa o tiendas de decoración. Y lo que no encontréis lo podéis fabricar, como el florero: envolviendo un bote de cristal con servilleta y anudando una cuerdecita.


Para en armarcar la mesa, un tapiz con un gran dragón. No os compliquéis la vida buscando uno: éste está pintado con temperas en una sábana blanca.
Sobre la mesa colgamos unos adornos japoneses de colores, de esos que se supone que atraen la suerte.



Para despejar la mesa principal colocamos una mesita auxiliar, con una lámpara para dar luz ambiental, una sombrilla japonesa (recuerdo de una boda), y una figura japonesa (que apareció por casualidad, y nos pareció de lo más oportuna). En ella pusimos la comida: un cestito de melón y langostinos, unos rollitos de primera, el sushi y las salsas.




De la preparación del sushi no os puedo dar muchas explicaciones, pues ya os digo que es mi cuñado quien lo prepara.
Si no sabéis hacerlo tenéis varias opciones: la más fácil es comprarlo preparado en algún restaurante o supermercado y la más difícil es que hagáis algún curso de cocina japonesa.



Os dejo algunas fotillos de los ingredientes: el arroz, los rollitos de algas, y el pescado -atún, salmón y langostinos- bien fresco, ...., y del proceso, para que os animéis a elaborarlo casero.

Como os podéis imaginar fue una velada fantástica, de lo más original y divertida, amenizada con las charlas de los amigos.





Besito. Emes.

sábado, 5 de septiembre de 2015

Embotellamos el verano.

La llegada de septiembre supone para muchos el fin del verano.
Por suerte, los que vivimos en la costa podemos seguir disfrutando de la playa mientras nos dure el buen tiempo.
Pero os voy a dar una idea para recordar el verano todo el año. Y para tener un recuerdo de las playas que hayáis visitado: embotellar el verano.




Tenéis que conseguir botecitos de cristal de pequeño tamaño. Aseguraos que tienen ancha la boca y cuello. Los míos los he conseguido en el hospital, de unos fármacos, pero los venden en bazares y tiendas de decoración como "Casa".








Para decorarlos he usado cuentas de madera blancas, rojas y azules, cuerda natural y abalorios de tema náutico (anclas, timones y estrellas de mar).


La segunda parte es la divertida. Pasaréis ratos paseando por las playas, recopilando todo lo que os llame la atención.
A mi hija le encantan los "cristalitos": trocitos de cristal erosionados por el agua y de diferentes colores, son ideales para nuestra actividad.
Las pequeñas conchitas y caracolas y las piedrecitas son otros elementos imprescindibles.

Luego separamos los elementos, clasificamos y envasamos lo que vayamos a meter en cada botecito, en nuestro caso hemos separado grupos de elementos iguales.




Para esta tarea la ayuda de mis pequeños ayudantes ha sido fundamental!!.


Y si váis a playas bonitas, también la arena os recordará un verano fantástico.
Separamos los elementos, los clasificamos y los envasamos en las botellitas.
Adornamos nuestras botellitas con cuerda, hilos de colores, cuentas, o lo que se os ocurra...



Los podéis usar para decorar repisas, la encimera del baño, la mesa de la terraza... o para regalar a quién queráis.
¡¡Tendremos un verano embotellado para todo el año!!






Besitos. Emes.