miércoles, 3 de febrero de 2016

Jubilación de una maestra.

El final de una vida laboral es la jubilación.
Nuestra madre, maestra durante toda una vida, por fin se jubila!!!
Lo hace con gran ilusión, pues aunque la escuela ha sido su gran dedicación durante más de 35 años, es muy joven, con salud y tiene cinco nietos con los que les apetece disfrutar de otra etapa de su vida.
Pues bien, como suele ser habitual en el gremio, sus compañeras fueron las encargadas de prepararles un almuerzo homenaje, al que tuvieron el detalle de invitarnos.


Decidimos acudir aportando nuestro particular homenaje en forma de mesa dulce.
Un gran reto, pues en ella había que plasmar una vida en la escuela, debía ser original y llamativa, no resultar infantil, y debía ser para unas 70 personas!!
Todo un proceso de recopilación de ideas y materiales.



Lo primero que nos planteamos fueron las galletas. Tras varias ideas, definitivamente elegimos un lápiz y una pizarrita. Rápidamente se nos ocurrieron lo colores: blanco, negro y amarillo. Y un toque rojo. Son los colores de los lápices "standler", los de siempre. A partir de aquí, con el lápiz como base, surgieron el resto de ideas.





Sobre un mantel blanco, colocamos un sobremantel blanco con dibujo negro.


Para las chuches elegimos las de color negro y amarillo: regaliz negro, plátanos, huevos fritos, y moras. Las rojas aportarían el toque rojo.




Para presentarlas botes bonitos de cristal y cajitas de cartón amarillas con lunares blancos. Adornados con lazos a juego y colocados en línea en el centro de la mesa.




A ambos lados, unas cajitas de fruta, decoradas con los mismos lazos, con chocolatinas forradas con papel a juego y unas bandejas blancas con las galletas de lápices y pizarras.



Para personalizar la mesa e ilustrar la vida escolar, elegimos un centro de mesa muy original: sobre un archivador AZ, colocamos algunos libros de mi madre, un antiguo estuche de lápices, su diccionario de español-francés y un marco con su foto del colegio. Típica de su época, pues se las hacían a todos los niños al iniciar el colegio.



Al lado opuesto de la mesa, otro centro: un gran frutero con manzanas rojas, haciendo un guiño a los recreos, sobre un atlas santillana, un diccionario sopena y algunos rotuladores de colores.









No podía faltar una pizarra, por lo que colocamos una grande en la que se leía "Jubilación de la Srta. Encarni", y otras mini pizarras marcando los elementos de la mesa.


El abuelo Pepe nos preparó unas pegatinas en blanco y negro, con el evento escrito, que nos sirvieron para rematar la decoración de los botes, cajas, chocolatinas, frutero.... así como algunos lápices stadler "de verdad".
Delante de la mesa unos banderines rojos unidos con una tira de lentejuelas rojas, que daban el toque de glamour.
Y sobre la mesa, enmarcándola, una tira de banderines muy divertidos: la tabla periódica, algunas fichas infantiles, las tablas de multiplicar, unos mapas, escuadra y cartabón....

Tengo que deciros que le dedicamos mucho tiempo y energía y que nos valió la pena enormemente. A nuestra madre le encantó, así como a todos sus compañeros. Fue divertido verles ojear cada detalle, ver cómo cada uno de ellos les recordaba un momento de su vida (que era uno de los objetivos), y recibir los numerosos halagos que nos hicieron. Casi les daba pena coger nada por no desmontarla.
"Muchas felicidades, mamá, por tu jubilación y mucha energía y salud para disfrutar de tu nueva vida".



Besitos. Emes.


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