miércoles, 17 de diciembre de 2014

Bollitos de Santa Lucía.

Con unos días de retraso, ¡muchas felicidades para todas las Lucía!
Hace un par de años, mi marido supo de la tradición sueca de preparar bollitos para festejar este día.
Según la leyenda, en un pequeño pueblo que estaba pasando mucha hambre, se apareció una niña con velas en la cabeza repartiendo bollos dulces.
En el siglo XVIII, la clase alta sueca se apropió de la tradición y vestía a las hijas mayores de Lucía para que sirviera el desayuno a la familia el 13 de diciembre.
A raiz de un exitoso concurso de un periódico de Estocolmo que seleccionaba a una Lucía en 1927, hoy día, los colegios e iglesias eligen a su Lucía que desfila en una procesión vestida con túnica blanca y corona con velas. Los demás niños son las damas y estrellas, ataviados también con túnicas blancas y portando velas, y cantan villancicos y reparten los bollitos de azafrán.

Y, ahí nos véis, a toda la familia, con las manos en la masa.


Aunque nunca hayáis hecho repostería, os vais a animar con ésta receta, es muy sencilla y salen riquísimos.

La receta: 
Calentamos la leche, hasta que esté tibia. Desmenuzamos la levadura de panadero y añadimos las hebras de azafrán y mezclamos bien, hasta se ponga amarillo. Lo dejamos reposar y después le añadimos la mantequilla derretida.
En otro recipiente, mezclamos la harina, media cucharita de azúcar, azúcar y un puñado de pasas.
Hacemos un hueco en el centro de la harina y echamos dentro la mezcla de la leche y mantequilla. Hoy han salido claritos, debería haber puesto más azafrán para que el color sea más intenso.


Amasamos todo bien, hasta que quede una masa suave, homogénea y elástica.
Hacemos una bola, la envolvemos en papel film y la dejamos reposar hasta que duplique su tamaño. (Y creedme que crece, y mucho. Necesitará varias horas).
Una vez crecida, la volvemos a amasar ligeramente de nuevo.

Separamos porciones y les vamos dando forma. La forma más típica es una especie de S, con los extremos enrollados, como veis en las fotos.
Los colocamos en la bandeja de horno, decoramos con pasas y pintamos con el huevo batido. Los dejamos reposar, para que vuelvan a crecer unos 20 minutos.
Con horno precalentado a 200°C, los horneamos a 180°C durante 20-25 minutos o hasta que se pongan doraditos. (Deben quedar blanditos, si os pasáis de horneado, tendrán textura de galleta).





Se pueden tomar fríos o calentitos recién hechos, para desayunar o merendar, solos o rellenos de mantequilla o mermelada, decorados con pasas o azúcar,... Son un dulce que se presta a muchas variaciones.
Pero lo que más nos atrajo a nosotros, fueron sus originales formas, que podéis encontrar por internet.


Besitos. Emes.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Calendario adviento II.




Hay muchos tipos de calendarios de adviento, y para quien no tenga espacio para colgar uno en la pared, aquí os dejo una original idea.
Aprovechando los cristales de una puerta de paso, hemos colocado unas cajitas decoradas de Navidad, son 25.

Estas cajitas son pequeñas y no cabe dentro una chuche, porque la idea es poner dentro una notita en la que escribir una pista para localizar el regalo.
Por ejemplo: "donde se guardan las cacerolas encontrarás una sorpresa que mola".


Las cajitas están forradas con papel de regalo de diferentes colores, y decoradas con bolitas de algodón, estrellas doradas, números de madera, lazos, bastones rojos y blancos de limpiapipas, pegatinas, pompones, .... y todo lo que se os pueda ocurrir. Es una ocasión para reciclar restos de otros "trabajos".




Y a los peques les encantará participar decorando las cajitas y pegándoles los adornos.
Comprobaréis que queda divertido y original, pues el juego de las pistas cuando ya empiezan a leer les dá un aliciente más.


Besitos. Emes.

Adorno casero.




Este año, en la guardería, han pedido la colaboración de los papás para que cada niño lleve un adorno para el árbol de Navidad.
Os podéis imaginar lo que nos ha gustado la propuesta.



Puestos a pensar en materiales y en que el peque tenía que colaborar, se me ocurrió usar pasta de modelar (por lo que le gustan las plastilinas) y unos cortapastas.
La pasta es blanca y de secado al aire. No necesita cocción. La podéis encontrar en papelerías y bazares.

El proceso es el siguiente:
Amasamos bien, extendemos una porción de pasta y cortamos una estrella con un círculo en su interior con los cortapastas.
Para colocar la bolita, abrimos una hendidura en parte superior, introducimos el hilo del que colgamos la bolita, y lo "enterramos" en la pasta, humecedemos con agua para disimularlo. Con un palillo de dientes hacemos un agujerito en el pico superior de la estrella, por donde pasaremos el lazo para colgarlos.

Dejamos secar nuestra estrella, al menos un día. Cuando al tacto no la notemos húmeda, es que está seca.
La pintamos del color que elijamos, en nuestro caso rojo, dorado y azul, para que destaquen en el verde del árbol.
Después aplicamos barniz fijador (o cola blanca diluida con agua), y esparcimos la brillantina.

Ya sólo queda ponerles un lazo para colgarlos. Yo he puesto el nudo delante, usándolo como parte de la decoración.


Usando un poco de imaginación, diferentes cortapastas, colores y combinaciones podéis crear infinidad de adornos.

¡¡Lo mejor es la tarde tan divertida que pasaron los peques con la pasta, las pinturas y la brillantina!!


Besitos. Emes.

A Belén pastores!!


¡¡Me encanta montar el Belén!!, literalmente. Disfruto mucho el día que toca prepararlo. Es una tarea entretenida, divertida y muy creativa.




Lo primero es elegir el lugar del salón donde se ubicará (ya tenemos su rincón asignado desde hace un par de años), después la superficie en la que irá (ya estuvo puesto sobre el aparador, pero al crecer, lo ponemos sobre un tablero con unas escuadras).

Empezamos colocando el cielo: de papel con nubes y estrellas sobre la pared.


Ahora toca desembalar las figuritas. Es muy emocionante ir sacando figuras y piezas de las que ya no te acuerdas. A los peques les encanta, pues otro año más es un descubrimiento. Nuestras figuritas son de resina, no se rompen. Las compramos así para que los peques las pudieran manipular sin riesgos de accidentes.
El primer año compramos el Misterio, los Reyes Magos y algunos pastores, y los años siguientes hemos ido sumando piezas y ubicaciones.

El Misterio.
Los Reyes Magos.

Seguimos con el montaje:  planteamos las montañas, el lugar del Misterio, el río y el camino. Me gusta poner de base un "papel de montañas", uniforme a todo el conjunto.
Para elevar algunas zonas, utilizo cajas de zapatos pequeñas, aprovechando el hueco para forrarlo por dentro y hacer las cuebecitas para "las profesiones", y trozos de corcho.
Es importante meter las luces, si las ponéis, al tiempo de poner la base de papel.

Ahora sólo queda ir colocando las figuritas en sus "casitas" y ubicaciones correspondientes (el pescador y lavandera junto al río, los pastores en las montañas, los pastores y arrieros por el camino, los Reyes en las montañas, la o
vaquera y granjero junto al corral y granero,.....), y los animalitos en sus puestos (patos en el lago, conejitos en madrigueras, gallinas en corral, ovejitas con pastores,...).

Mulo caido, niños, arrieros, castañera,
pastor y charcutero.

Pescador, lavandera y tendedora.

Leñadores y porquero
Vaquera, verdulero y afilador.

El río y el camino.

Cuando ya están todos colocados, añado las plantas y árboles. Y el mejor remate: musgo para disimular las uniones, grietas, huecos, y dar color al marrón de base del suelo.

 

Para cubrir las escuadras y dar un toque final, coloco un fadón con tela decorada de Navidad.
¡¡Y listo!! Ya tenemos montado el Belén, aunque hay  que contar con que algunas figuritas irán cambiando de lugar, por antojo de los pequeños, como si cobraran vida.



Besitos. Emes.


jueves, 11 de diciembre de 2014

Árbol de Navidad.


El rey del salón estos días es el árbol de Navidad.
Tiene su propio espacio, conseguido a base de desplazar algunos muebles. Y es que nuestro árbol es muy grande y ocupa mucho espacio.
Con una altura de unos dos metros, está decorado con siete guirnaldas de luces y mil abalorios.
Lo que hace tan especial nuestro árbol de Navidad son sus adornos.
En él podéis encontrar de todo, desde bolas de plástico, otras de cristal y muchos recuerdos de diversos lugares y viajes.
Es emocionante montarlo, pues desembalarlos y colgarlos supone hacer un repaso de los lugares que hemos visitado, de los momentos en los que los hemos ido comprando y la cantidad de historias que surgen mientras van ocupando su lugar en el árbol.
También es muy llamativo cómo los pequeños se van acordando, de años anteriores, de algunos de esos adornos.

Hay adornos que por corrientes que nos puedan parecer en la tienda, cuando los unes a todos los demás, se vuelven espectaculares.
Tenemos adornos iguales por grupos, bolas de plástico y cristal, bastones, piñas, campanas, instrumentos musicales, paquetitos de regalo, caramelos, cup cakes... comprados en tiendas como Ikea, Tiger, Carrefour o Zara home; y los más especiales comprados en tiendas de diferentes ciudades.



Si queréis algunos consejillos para montarlo, ahí van.
Empezamos desplegando bien todas las ramas, para evitar huecos y para que luego sea más fácil colocar todo.
En nuestro caso, por el peso que lleva colgado, lo fijamos a la pared, aprovechando la alcayata de un cuadro. (Otros años le hemos colgado pesos para compensarlo).



Luego van las luces. Hay que distribuirlas bien para que, una vez encendido, estén uniformes. Las tenemos de colores, blancas, de un solo color...
Y por fin los adornos: nosotros los ponemos de mil colores, los de plástico en la parte baja y los más frágiles elevados, fuera del alcance de los peques.



Aunque poner el árbol es tarea exclusiva de mi marido, con la ayuda de los peques, yo me encargo de ponerle la "lluvia", esos hilitos dorados, y de disimular el pie y los cables. Me gusta colocar bonitas bolsas de Navidad a los pies del árbol.








El resultado es un espectacular árbol de Navidad, que fascina a todos los que vienen a verlo y que nos acompaña todos éstos días presidiendo el salón.

Besitos. Emes.

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Navidad de fieltro.



El fieltro es un material barato, fácil de trabajar y muy decorativo por la amplia gama de colores en la que lo podéis encontrar.
Para Navidad es muy recurrente, para los adornos o colgantes. 
Dibujáis unas figuras navideñas (campanas, estrellas, corazón, angelitos....) y las trasladáis a dos piezas de fieltro. Coséis las dos caras y las rellenáis con algodón para volumen. 



Ahora sólo queda echarle imaginación y decorarlas con lazos, lana, cintas, cubrecosturas, cascabeles, botones, cuentas.... o lo que tengáis por casa.
Quedan monísimos para colgar en el árbol o en las puertas, o sobre los cuadros,... o donde se os ocurra.

Los adornos de Navidad me encantan porque permiten derrochar imaginación, usar variados materiales, reciclar muchos restos de otros trabajos, y disfrutar con los niños preparando muchos de ellos.


Besitos. Emes.

lunes, 8 de diciembre de 2014

Cestos para dulces de Navidad.

Los dulces son los comestibles principales en estos días. Y, ¿donde los colocamos?
Habitualmente, se colocan en bandejas o platos, para agasajar a los invitados con todas las delicias dulces.


Una idea muy diferente y decorativa es el "cesto de Navidad".
Hay que elegir una bonita cesta, con la forma apropiada, dá igual el color, pues la pintaremos con un spray dorado.
La decoramos con ramilletes de piñas, bolitas, acebos, y/o flores de pascua artificiales (que se compran ya hechos en los bazares), anudados a los lugares de inserción de las asas de la cesta.


Podéis encontrar cestitas muy monas y baratas, más altas o bajas, con asa larga o asitas cortas,.... todas valen, sólo tiene que gustaros.


Ya sólo queda llenarla de mantecados, hojaldrinas, polvorones, mazapanes.... y todos los dulces que querais.
Además de usarla para contener los dulces, quedará ideal como una pieza más de vuestra decoración: encima de la mesa del comedor, en un aparador, en un rincón del salón....

Centros de Navidad.

Nada viste más una mesa que un bonito centro de flores. Pero en Navidad podemos cambiar las flores por elementos más navideños. 
Con elementos sencillos, podemos montar bonitos centros: 

En tonos rojos y plata, combinando con el mueble de mi entrada, monto uno muy original y divertido.





Sobre un plato cuadrado plateado, con piñas pintadas con spray plateado, un grupo de varios modelos de Papá Noel, y una vela y bolitas rojas. Las figuras de Papa Noel son recuerdos de algunos viajes.


Recurriendo a una idea más clásica, usando como elemento principal una velas, monto un centro para la mesa del comedor.




En tonos dorados, verde y rojos: sobre un plato redondo dorado, con piñas pintadas con spray dorado, espumillón verde y racimos de adornos rojos o flores de pascua, y velas rojas y doradas.




Con todos los elementos bien colocados podéis montar originales y bonitos centros de mesa, para adornar la mesa principal en una cena o comida, para decorar durante todos estos días el mueble de la entrada o del comedor,...






No acostumbro a pegar los elementos en los platos, simplemente los pongo encima, pero podéis usar pegamento térmico o silicona fría para fijarlos.
Espero que os hayan gustado y uséis la idea para vestir vuestras mesas estas fiestas.

Besitos. Emes.

domingo, 7 de diciembre de 2014

Tarjetas de Navidad.

Antiguamente, era normal felicitar las Fiestas de Navidad enviando una tarjeta por correo ordinario, "los christmas".  Y no tan antiguamente. 
En casa, siempre ha habido familia muy lejos, y cuando no existían los "whassApp" ni era tan barato llamar por teléfono, era muy emocionante abrir el buzón y recibir las tarjetas de Navidad.
Así es que cada año, junto a las que se enviaban lejos, se unía alguna más a los de cerca (abuelos, tíos, primos, amigos).
Aún continuamos esa costumbre, intentando cada año que la tarjeta sea divertida, colorida y muy navideña. Hemos pasado por las clásicas de Unicef, por las hechas a mano a modo collage o pinturas, por las de fotos con los pequeños y ahora son ellos los que las dibujan.
He rescatado algunas de hace años y algunas más recientes, para daros ideas y animaros a volver a esa tradición tan bonita que es la de felicitar la Navidad con una tarjeta.

Estas son del año 1984, las más antiguas que he encontrado. en cartulina de colores recortadas con tijeras de formas, tienen una "ventana" de papel celofán transparente en la que se ve un árbol de Navidad hecho con una ramita de esparraguera y de corado con brillantina y estrellitas.
Tarjeta con dibujo de Reyes Magos
 coloreada. Las compré en la
Abadia de Westminster, Londres.
Bolas de Navidad de plastilina, y
el nombre de los niños.

Las siluetas del Nacimiento recortadas
en cartulina negra y estrellas plateadas dibujadas. 
Dibujo del Nacimiento mi hija, pegado en
cartulina roja y estrellitas perforadas.
Con árbol de Navidad en papel charol,
 decorado con estrellitas y "hielo",
recortado en media silueta que hace de solapa.
Con tres bolas de Navidad pintadas
 con temperas, una de cada sobrino
Con un árbol de Navidad dibujado
con brillantina

Con velas y acebo pintados
 con brillantina y difuminado.

En forma de bola de Navidad, con estrellas
 brillantes de diferentes colores y tamaños.
 Con hilo dorado para colgarla
Con un árbol de Navidad recortado de
un papel de regalo
y lazo dorado a juego
Este año, participa mi hija en el diseño, por lo que he incluido su dibujo del portal de Belén. Es una tarjeta con "puertecitas" decoradas con estrellas, que se cierran con una cinta , y en el interior el dibujo con la felicitación.

Tarjeta con "puertecitas"

Cada año elegimos un diseño y usamos el mismo para todas las tarjetas que enviamos. Seguro que viéndolas se os ha ocurrido alguna idea más.

Besitos. Emes.